Por Víctor Ruíz
Siddhartha
Gautamá, nacido entorno al S. V- IV a. C, en Lumbiní (actual
Rummindei, en Nepal), fue el hijo del rey Śuddhodana,
del clan Sakya. Según la tradición, Siddhartha, alcanzó el
Nirvana, la liberación total de la mente de los estados de
sufrimiento y del ciclo de renacimiento, a la edad de 29 años,
convirtiéndose en un ser iluminado, liberado, espiritual y
armónicamente unido a la verdad, siendo de éste modo conocido como
Buda Gautamá. Posteriormente, sus enseñanzas a los monjes se
tornarían en lo que hoy se conoce como una de las mayores religiones
del mundo: el Budismo.
Al
contrario que en otras religiones, a Buda no se le considera un Dios.
El budismo es una religión no teísta que predica la idea de
conseguir la iluminación mediante la extinción del sufrimiento,
tanto físico como mental, a través de la meditación, la
comprensión, la aceptación y otras formas o caminos hacia la
liberación espiritual de quien lo practica. En el caso del budismo,
un practicante de ésta religión es conocido como "bodhisattva",
alguien que ha emprendido el camino del Buda, buscando aquella
liberación.
En
estos tiempos de cambio, el budismo sigue siendo una de las
principales religiones del mundo, centrada mayormente en el
continente asiático. En Occidente existen algunas centros budistas
con considerables adeptos a ésta creencia. Ciertamente, es
relativamente fácil encontrar quien se considera budista, pero
difícil encontrar un bodhisattva. Y es que actualmente, el término
“iluminado” contiene ciertos aspectos peyorativos, que para nada
se acercan a la idea budista.
O.P: Bajo
mi enfoque, la especie humana es un prodigio de la evolución, con
una capacidad mental desconocida para nosotros (se sabe que
únicamente usamos entorno al 15-20% de nuestro cerebro), y una
capacidad emocional tan colosal como pueda concebirse el universo que
nos rodea. La religión Cristiana, mayoritaria en Occidente dice que
“Dios es amor”... Pero si fuimos creados a SU imagen y
semejanza...¿eso nos convierte en amor a cada uno? Yo creo que sí.
El amor puede conquistar países, declarar la paz, forjar vínculos
indestructibles; el amor es la mayor fuerza de la que dispone el ser
humano. Pero se nos ha olvidado cómo amar...
Nadie puede negar la sensación de calidez que da un abrazo, la ternura de una caricia o la profundidad de una mirada llena de amor. Desde luego, hay muchas formas de llegar al Nirvana, y opino que el amor es uno de sus caminos. Sólo falta que no nos ciegue el materialismo frenético que ha creado ésta situación caótica de cambios tan bruscos...quizá si nos riéramos más de los “problemas”...
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