
Por Víctor Ruíz
Los romanos tenían un dios para todo como es sabido. Júpiter, Venus, Minerva, Marte, Saturno... son algunos de los que gobernaban sobre los humanos según aquella sociedad politeísta. Cada uno de ellos tenía una función específica, que no era más que dar explicación a sucesos extraordinarios para los que en aquel entonces, no tenían. Por poner un ejemplo, el Dios Vulcano (Hefestos en Grecia) era el responsable de las erupciones volcánicas al trabajar en su fragua forjando armas y demás ingenios. Pero nos vamos a decantar por otra deidad, encargada de algo muy necesario también para el ciclo de la vida: el amanecer. La encargada...