Por Pat León
Antes de empezar a hablar de sus apabullantes virtudes, me
gustaría que te tomases unos segundos para contemplar a este pequeño ser.
Después
de ver las imágenes quizás pienses que no es precisamente el animal más
agraciado que ha creado la madre naturaleza y, de momento, tampoco de los más
fascinantes. De momento. Porque ‒nunca mejor dicho‒, para la Heterocephalus Glaber, rata topo lampiña
o ratopin rasurado, la belleza está en
el interior.
La rata topo es el
roedor conocido más longevo, alcanzando
hasta los 30 años de edad mientras que una rata ordinaria suele vivir sólo
unos 4 años. Esto es gracias, en parte, a que ha evolucionado para adaptarse a las
duras condiciones del oscuro subsuelo africano, donde habita. Por una parte, los
dientes largos le sirven para cavar y, además, es capaz de correr marcha atrás
a la misma velocidad que hacia adelante. Ha acabado prescindiendo casi
totalmente de la visión. Y del pelo. Por otro lado (como nuestros queridos
arcosaurios) posee características que le permiten sobrevivir con niveles
bajísimos de oxígeno. En este caso, tiene una tasa metabólica increíblemente
baja y su sangre posee una alta afinidad al oxígeno.
Es un mamífero
eusocial [1]. Esto significa que vive en colonias súper organizadas, como
las abejas o las hormigas, donde cada integrante tiene un rol y trabajan
conjunta y altruistamente para contribuir a la supervivencia del grupo. En cada
colonia viven una media de 75 ratas topo. De la descendencia se encargan una
reina y dos o tres machos, mientras que el resto de ratas topo se dedican a
recolectar alimentos y construir y proteger los túneles.
Si con estas características todavía no te ha acabado de
convencer, sigue leyendo porque ahora hablaremos de lo que la convierte en una
firme candidata a esconder el antídoto a
numerosas enfermedades, especialmente del cáncer.
PIEL INSENSIBLE AL DOLOR
Cuando son expuestas a ácido, capsaicina o altas
concentraciones de dióxido de carbono, no sienten dolor. Ante el contacto con
estas substancias, los receptores nerviosos detectan su presencia pero la señal
de dolor no alcanza el cerebro porque carecen del neurotransmisor encargado de
enviar estas señales: la substancia P. Además, tienen una variación en los
receptores de dolor y éstos se bloquean fuertemente para inhibir la señal de
dolor.
En dolencias como la artritis y otros trastornos
inflamatorios, el dolor se produce por la acumulación de ácido en los tejidos.
Por eso, se está investigando en fármacos que imiten estos mecanismos y así hacer
a las personas menos sensibles al dolor. [2]
ALTA RESISTENCIA A LA HIPOXIA
Nunca
retes a una rata topo a contener la respiración porque ostentan el record entre
mamíferos, siendo capaces de soportar
hasta media hora de privación de oxígeno sin sufrir daños cerebrales [3]
¿Dónde está el truco?
En
los mamíferos adultos, las células neuronales tienen unos “poros diminutos” que
regulan la entrada de calcio al interior. Cuando escasea el oxígeno, los poros
se abren y el calcio inunda la célula hasta matarla. En cambio, los recién
nacidos, producen una molécula que mantiene los poros cerrados y protegen a la
célula de la invasión de calcio. ¡Exacto! Esta molécula sigue estando presente
en las ratas topo adultas.
La
investigación acerca de esta singularidad podría beneficiar, por ejemplo, a
víctimas de un infarto o de un ictus cerebral, donde se sufre una falta de
oxígeno en el cerebro. ¿Ya empiezas a cogerle cariño?
INMUNE AL CÁNCER
Al
menos, es lo que sugieren numerosas observaciones. Como aseguró el doctor
Magalhaes “Hasta ahora
no hemos tenido informes de muertes por cáncer, a pesar de que hay muchos
equipos alrededor del mundo que han estado estudiando a los rata topos lampiños
durante décadas”. Al parecer, ni
siquiera desarrollan tumores cancerígenos cuando se intentan inducir en el
laboratorio.[4][5]
En
humanos y ratas normales, el gen p27 se activa por detección de contacto
célula-célula. Digamos que cuando las células empiezan a invadir el espacio personal
de sus compañeras, aparece p27 para evitar que sigan acumulándose y
acaben formando un tumor. El problema es que, a menudo, este mecanismo se
activa demasiado tarde.
En
las ratas topo, el gen p16 pisa el freno mucho antes que p27. Esto dota al
animalito de una protección doble que hace que sus células se repliquen tres
veces menos que las de un ratón normal.
Como podéis imaginar, los esfuerzos se
han centrado en estudiar el genoma y los mecanismos de activación de este gen. Como
declaró la doctora Gorbunova, “estamos buscando qué es lo que provoca
la activación de estos genes y potencialmente podríamos encontrar pequeñas
moléculas basadas en estos genes que podrían usarse para tratar el cáncer en
seres humanos”.
"Hasta
ahora nos hemos enfocado en la búsqueda de tratamientos para el cáncer, pero la
rata topo nos ofrece potencialmente un excelente modelo para estudiar la forma
de prevenir la enfermedad”, expresa. [6]
Una vez
más, la naturaleza demuestra que, en su sabiduría, es capaz de desarrollar sus
propias armas contra las amenazas a la vida. Como ves, las respuestas al
tratamiento y a la cura de muchas de las dolencias que nos acaecen hoy en día
puede que ya estén ahí afuera y que sólo haga falta observar a animales como
éste para descubrirlas.
Bibliografia:
[1] Reeve, H., Westneat, D., Noon, W., Sherman, P. y Aquadro,
C.(1990) DNA "fingerprinting" reveals high levels of inbreeding in colonies
of the eusocial naked mole-rat
[4] Seluanov, A., Hine, C., Azpurua, J., Feigenson, M.,
Bozzella, M., Mao, Z., Catania, K. y Gorbunova, V. (2009) Hypersensitivity to contact inhibition provides a clue to cancer resistance of naked mole-rat
[5] http://www.experientiadocet.com/2009/10/la-inmunidad-al-cancer-de-la-longeva.html