La obesidad es uno de los problemas principales de salud en el mundo: aproximadamente de 4.5 millones de niños entre 5 y 11 años padecen sobrepeso según la OMS.
Cada caso de obesidad es un mundo diferente ya que las causas pueden ser diversas. Entre los factores sociales hallamos un mayor consumo de comida rápida, pre-cocinada o congelada que contienen niveles de grasas y azúcares superiores a los recomendados. También cabe destacar la disminución de la actividad física, y la tendencia a una vida cada vez más sedentaria en la sociedad actual. Pero sin embargo, el factor más destacado es la genética.
Investigaciones recientes hechas por científicos estadounidenses del
hospital de Filadelfia en Estados unidos (cuyos trabajos fueron publicados en la edición digital de la revista especializada Nature Genetics 8/4/12) indicaron
que los adolescentes obesos tienen mayor riesgo de mortalidad en edades
adultas. La investigación analizó el ADN de niños con obesidad común en Europa
(un total de 5,530 niños que eran obesos y 8,318
niños que no lo eran).
El resultado del estudio fue el descubrimiento de dos variantes nuevas: en el cromosoma 13 el OLFM4 y en el cromosoma 17 el HOXB5. Según los datos las observaciones aludían a un vinculo entre los genes y la flora microbiana intestinal la cual estaría relacionada directamente con el aumento de peso. Aunque el papel exacto que afecta a la obesidad aun está por estudiar, los investigadores consideran que el nuevo descubrimiento ayudará a explorar la genética de la obesidad infantil y a tomar medidas de prevención que permitirán crear tratamientos para los niños.
Aun y así, exceptuando algunos casos extremos, la obesidad tiene solución. En la mayoría de ocasiones los factores causantes están relacionados con el estilo de vida, y por lo tanto cambiando los hábitos se puede combatir y controlar. Para ello es imprescindible fomentar la actividad física y una dieta saludable.